Al mar heché un poema
que llevó con él mis preguntas y mi voz.
Como un lento barco se perdió en la espuma.
Le pedí que no diera la vuelta
sin haber visto el altamar y en sueños hablar
conmigo de lo que vio.
Aún si no volviera yo sabría si llegó.
Viajar la vida entera
por la calma azul o en tormentas zozobrar.
Poco importa el modo si algún puerto espera.
Aguardé tanto tiempo el mensaje
que olvidé volver al mar y así yo perdí aquel poema.
Grité a los cielos todo mi rencor.
Lo hallé por fin pero escrito en la arena
como una oración.
El mar golpeó en mis venas
y libró mi corazón.
jueves, 6 de septiembre de 2007
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